Tras la lectura de un capítulo del libro de Daniel Cassany, Describir el escribir, paso a comentar mi parecer al respecto.
En este capitulo el autor del libro trata de aunar los resultados de distintos estudios que han realizado para intentar comparar los buenos escritores de los que no lo son.
Los estudios se centran en las diferentes características de los escritores, y aunque la comparativa que cada estudio realiza es muy completo y está centrado en las diferentes características del buen escritor y del no tan bueno, me a parecido extraño que los estudios realizados sean de casi veinte años atrás a la fecha de edición del libro. Quizá no haya estudios recientes que corroboren los resultados obtenidos en los años ochenta (fecha en las que se datan la mayoría del los estudios tomados como base) y si los hubiera los resultados no variarían tampoco en el tiempo. Podríamos encontrarnos quizá con más o menos buenos escritores en edad escolar pero este resultado no es el objeto de estudio de este capítulo de la obra de Cassany.
En este capítulo el autor intenta aislar todas las características del buen escritor según los resultados de los estudios que toma como base y tras el análisis de los mismos trata de diferenciar entre estrategias de composición , estrategias de apoyo y datos complementarios, utilizados por los escritores competentes.
Las estrategias de composición las podríamos distinguir entre la capacidad de tener conciencia de lector, la capacidad de planificar un texto antes de escribirlo, la relectura del mismo y la necesaria e inevitable corrección del mismo. La recursividad es otra de las estrategias que iría ligada la planificación del texto. La capacidad de reestructurar el texto cuando sea necesario, bien porque han surgido nuevas ideas a incorporar en el texto o bien porque la estructura inicial no ha obtenido el resultado deseado.
A la hora de analizar estos cuatro
puntos se puede distinguir entre el buen y mediocre escritor en que el
primero tiene conciencia de lector, es decir, se pone en la situación
del que tiene que leer el texto, se plantea cuestiones que pueden surgir
de la lectura del mismo etc. Esto crea una relación mucho más estrecha
entre la escritura y la lectura, no debemos olvidar que un texto es
escrito para que sea leído.
Igual de
importante tenemos la capacidad de planificación del buen escritor que
planifica antes de escribir el texto del mismo modo que replantea esa
primera planificación tal y como van surgiendo nuevas características en
el mismo.
La relectura del texto y
la corrección son estrategias indispensables también utilizadas por el
buen escritor y a la hora de trabajar con los alumnos es muy útil que
los alumnos trabajen la lectura de los textos de sus compañeros para
hacer ver posibles errores al autor. En cuanto a las correcciones el
alumno debe tener claro que la corrección no debe centrarse solo en la
forma del texto sino que también en el contenido.
En cuanto a las estrategias de apoyo el autor las clasifica en tres grupos en base a las deficiencias que puede encontrar el escritor a la hora de escribir. Las deficiencias léxicas o gramaticales, las deficiencias textuales y las de contenido, las cuales debe solucionar con distintas técnicas. Las deficiencias léxicas o gramaticales se pueden solucionar con el uso del código adquirido, es decir, podemos reescribir una palabra con la cual tenemos duda de su ortografía con todas las posibilidades posibles, muchas veces nuestro recuerdo visual sobre la palabra nos puede ayudar a despejar dudas. Otra de las técnicas puede ser la comparación con otra palabra que sufra las mismas reglas pero con la que no tenemos duda alguna, podremos trasladas la regla asumida de una a la otra. Por último podemos consultar un diccionario, en este sentido la práctica en su manejo nos ayudará bastante.
Estos pequeños trucos que nos plasma el autor pueden ser muy útiles para que los alumnos practiquen con sus dudas o sus eternas dudas ortográficas en ciertas palabras, la comparación con otras o simplemente el recuerdo visual de una palabra bien escrita le puede ayudar a despejar sus dudas para siempre. Me parece muy interesante para trabajar con el alumnado las palabras que se le hace difícil de escribir correctamente a cada uno de ellos, que las identifiquen las escriban de manera original como ellos quieran y observen el resultado de este trabajo.
Estos pequeños trucos que nos plasma el autor pueden ser muy útiles para que los alumnos practiquen con sus dudas o sus eternas dudas ortográficas en ciertas palabras, la comparación con otras o simplemente el recuerdo visual de una palabra bien escrita le puede ayudar a despejar sus dudas para siempre. Me parece muy interesante para trabajar con el alumnado las palabras que se le hace difícil de escribir correctamente a cada uno de ellos, que las identifiquen las escriban de manera original como ellos quieran y observen el resultado de este trabajo.
En cuanto al último grupo de datos complementarios que Cassany analiza, menciona la indudable relación entre la lectura y la escritura. La relación que encuentran los diferentes estudios entre el buen lector y el buen escritor. Capacidades como poder realizar un esquema sobre el texto leído y realizar un buen resumen nos acercan a poder redactar un texto de manera correcta.
Como conclusión propia acerca de lo leído, queda claro a través de los diferentes estudios englobados en este capitulo por Cassany que existen numerosas estrategias presentes en todo buen escritor. Como docentes, nuestro intento por conseguir que los alumnos mejoren en el arte de la escritura parte por darles a conocer estas estrategias introduciéndolas poco a poco cada una de ellas con pequeños textos.
